Según el Wall Street Journal, diferentes informes internacionales consideran que la mala formación de los trabajadores lastrará la competitividad y recuperación de España en la salida de la crisis.

Por otra parte, existen también estudios que presenta a  España como el país con más trabajadores sobre-cualificados de Europa.

Este tipo de informaciones confirma el fracaso de los procesos de formación  para trabajadores realizados hasta ahora, a pesar de que se han destinado muy importantes recursos, tanto de tiempo como económicos.

Se ve claramente que existe una importante brecha entre la oferta formativa de diferentes organismos públicos o privados y  las necesidades de los trabajadores y empresas de cara a incrementar su capacidad competitiva.

Los nuevos sistemas organizativos requieren un elevado nivel participativo de los trabajadores, por lo que para la mejora de las variables competitivas de la empresa deben tenerse en cuenta no solamente  el incremento de los conocimientos sino también de las habilidades y las actitudes.

Debemos adaptar rápidamente los sistemas de formación para adecuarlos a los nuevos retos a los que se enfrentan las empresas.

Algunos factores críticos de éxito que podríamos tener en cuenta son los siguientes:

  • La formación debe considerarse una inversión estratégica “real” y por tanto alinearse con los objetivos de seguridad, calidad, servicio y costes de la empresa.
  • La formación debe ser práctica y aplicable a corto plazo a las necesidades de la empresa, y medirse el impacto real que produce su aplicación sobre los indicadores de competitividad.
  • La formación debe también extenderse a los directivos, mandos intermedios y procesos de apoyo, como Ingeniería, Mantenimiento, Calidad, Finanzas, Compras, etc. ya que las diferencias de formación en el organigrama de la empresa pueden dificultar las implantaciones en los procesos.
  • Teniendo en cuenta que los cambios se producen en el mundo de manera continua y rápida, la formación debe ser actualizada continuamente en referencia a los cambios que se van produciendo (tecnología, idiomas, reconocimiento, etc.)

Como conclusión podemos considerar una  buena noticia la consideración de que existe un amplio margen de mejora en la participación, la utilización del conocimiento y habilidades de todas las personas de la empresa.

Además cualquier esfuerzo e inversión que realicemos en la formación de todo el personal de la empresa de cara a incrementar la capacidad competitiva de la empresa, producirá un retorno rápido y continuo.