En la actualidad, la industria alimentaria afronta una creciente presión para mejorar la eficiencia en sus procesos y reducir el desperdicio en todas sus etapas. Esta sensibilidad hacia la reducción de desperdicios responde no sólo a una creciente concienciación social sobre el problema de la pérdida de alimentos, sino también a la necesidad urgente de optimizar los recursos de manera que las empresas sean capaces de disminuir sus costes de producción y mantener márgenes en un contexto inflacionista.
El 20% del desperdicio se concentra en los procesos de transformación y fabricación, según cálculos de la UE, el equivalente a 25 kg por habitante y año.
Por otro lado, el cumplimiento normativo, con la futura Ley de prevención de las pérdidas y desperdicio alimentario a la vuelta de la esquina, y estándares de calidad internacional como la certificación IFS, exigen un riguroso control en los procesos de trazabilidad (balance de masas) y un mejor aprovechamiento de los recursos para evitar pérdidas innecesarias.
Gestionar el desperdicio: una oportunidad de innovación y mejora para las empresas agroalimentarias
La pérdida de materia prima en los procesos de producción o mermas, no sólo representa un despilfarro de alimentos esenciales; también reflejan un uso deficiente de recursos económicos, técnicos y de trabajo humano que impacta directamente en el valor añadido que se genera a lo largo de la cadena de producción.
En el proceso productivo, las mermas pueden deberse a factores muy diversos, desde errores humanos, procesos inadecuados, fallos en la maquinaria, falta de calidad, gestión ineficiente de los almacenes o, incluso, condiciones ambientales adversas que aceleran el deterioro de los productos.
¿Cómo puede una empresa mejorar en su gestión este tipo de desperdicios? Es importante, en primer lugar, que sea consciente de su existencia, su magnitud y entienda que es un problema que hay que atajar.
¿Buscas un sistema eficaz que te ayude a reducir las mermas
de producción de manera ágil y sostenible?
Desde ACMP aplicamos una estrategia de reducción de mermas en producción basado en la identificación, medición y control de los desperdicios. Un enfoque que se apoya en el uso de herramientas de gestión y analítica avanzada de datos y que permite a la empresa:
1. Obtener un mapa preciso de dónde y porqué se generan las mermas para identificar los puntos críticos del proceso.
2. Capturar y gestionar datos precisos de las operaciones mediante soluciones digitales de fácil uso y ajuste por el propio personal.
3. Calcular en tiempo real el volumen de esa merma y la no calidad y sus causas en cada una de las fases del proceso.
4. Tener un cuadro de mando para visualizar en detalle del rendimiento productivo y su evolución mediante comparativas periódicas.
5. Poder aplicar con agilidad las medidas correctivas necesarias que reduzcan las pérdidas a partir de información fiable, precisa y en tiempo real.
6. Contar con una sistemática de control para la revisión y el ajuste constante de los indicadores, con la participación activa del equipo.
7. Cuantificar el impacto económico en costes derivados del desperdicio de materia prima.
Uno de los puntos fuertes de este modelo es la flexibilidad que facilita a la empresa adaptarlo a sus necesidades cambiantes, con herramientas digitales asequibles que no requieren grandes inversiones. La incorporación de un modelo de trabajo de mejora continua garantiza su sostenibilidad en el tiempo con la participación del personal.
RESULTADOS
En nuestra experiencia, el retorno en este tipo de proyectos es muy significativo, llegando a obtener como resultado tangibles y en poco tiempo:
- 50% de reducción de mermas en el primer mes de trabajo.
- Reducir a la mitad los costes asociados al despilfarro por mermas/no calidad
En resumen, la aplicación de esta práctica en los procesos de fabricación no sólo es necesaria para cumplir con las diferentes regulaciones y certificaciones, sino también es una inversión estratégica para que las empresas agroalimentarias puedan hacer un uso más eficiente de sus recursos.