Salud, industria farmacéutica y laboratorios
La experiencia del cliente como eje central de los procesos de mejora e innovación, la optimización de los recursos para un servicio completo y personalizado, la agilización de los procesos, el aseguramiento de la calidad del producto o servicio o la incorporación tecnológica son algunas claves a considerar.
Desde hace unos años, nuevos sectores y actividades se están abriendo a la introdución de las prácticas Lean para afrontar sus retos operativos, como es el caso del sector sanitario. El usuario actual demanda productos, servicios y asistencias personalizados, que se ajusten a sus necesidades en cantidad, calidad y momento, y cuyos procesos puedan realizarse en pequeños grupos.
Frente a las formas de gestión tradicionales, el modelo Lean, a pesar de su origen industrial, sí es capaz de abordar eficazmente estos objetivos, a partir de unos principios basados en:
- Creación de valor para el cliente
- Eliminación del despilfarro
- Estandarización del proceso
- Mejora de los flujos de trabajo
- Ajuste de la capacidad del proceso a la demanda
- Desarrollo de una cultura de mejora continua
Las diferentes experiencias que se están desarrollando en el ámbito de la salud están obteniendo resultados muy positivos que se traducen en una mayor calidad de los servicios, reducción de errores, aminoración de los tiempos de espera, mejor experiencia del paciente (cliente final), un uso más eficiente de los recursos y una mayor implicación del personal en su trabajo.
Otra de las industrias que apuesta por modelos de gestión avanzada como Lean es la farmacéutica. Un sector que destaca por su dinamismo, un alto valor añadido y carácter innovador, gran capacidad para generar empleo de calidad y un efecto de arrastre sobre otros sectores, como el sanitario y el comercio minorista. Sin embargo, su capacidad productiva aún tiene bastante margen de mejora.
La experiencia de los consultores de ACMP en estos ámbitos, nos permite ofrecer a las organizaciones en sus distintas áreas operativas (productivas, laboratorios, servicios de apoyo) soluciones para impulsar la calidad del producto o servicio, optimizar sus procesos, eliminar los despilfarros, disminuir los costes, mejorar la productividad sin suponer una sobrecarga al personal ni una merma en la calidad del servicio al cliente final.