El tiempo takt, que en alemán significa ritmo o compás, es un concepto utilizado principalmente en el entorno productivo para referirse al ritmo de salida de los productos que debe alcanzar una empresa para responder a la demanda del cliente. Conocer esta medida tiene como finalidad que las actividades del negocio sean sincronizadas en función del pulso fijado por la demanda del cliente.
El principio del Takt Time es adaptar
el ritmo de trabajo a la cadencia de la demanda
Para calcular el takt time de una línea de producción se divide el tiempo de trabajo neto realizado durante una jornada entre el número de productos requeridos diariamente por el cliente. Si una empresa debe producir durante un turno de ocho horas – con 25 minutos de paradas-, 546 unidades para su cliente, la cadencia a la que debe producir cada producto debería equivaler a 50 segundos. A partir de esta medición, la empresa tiene que establecer un ritmo de producción estable y en sincronía con la demanda.
Por tanto, el takt time no es un valor que defina la empresa, sino el cliente. De ahí que revista una gran importancia en un entorno lean y condicione todas las decisiones a nivel de producción.
Para configurar un proceso actual o nuevo
es imprescindible conocer el Takt Time actual o deseado
Conviene diferenciarlo del tiempo de ciclo, métrica que describe el tiempo que cuesta completar todos los pasos de un proceso.
Por su parte, el lead time (PTL) se refiere al tiempo total que cuesta producir un producto a lo largo de una cadena de valor, desde que se recibe el pedido hasta que está listo para entregarlo al cliente, incluyendo en este periodo las actividades con y sin valor añadido, como las esperas o el almacenamiento de producto.
En el ejemplo se muestran los diferentes procesos que implica la fabricación de un producto y sus tiempos de ciclo; en verde el tiempo de valor añadido; en rojo la ineficiencia. Uno de los procesos presenta un tiempo superior al TT (6,55 «), de modo que en este caso no se puede fabricar al ritmo del cliente. Las acciones de mejora se tienen que orientar a incrementar la eficiencia y nivelar los procesos.
Como observamos, al takt time marca el ritmo de las líneas de fabricación industrial y tiene tres aplicaciones prácticas fundamentales: conocer la capacidad de las máquinas, equilibrar las actividades y facilitar un flujo producción continuo y consistente.
Y lo más importante, el takt time posibilita que una empresa establezca unos objetivos reales de producción que muestran a su personal exactamente dónde deben centrar sus esfuerzos.