¿Por qué algunas empresas no logran que las mejoras introducidas perduren en el tiempo? ¿Qué factores favorecen el mantenimiento de las herramientas Lean?

La semana pasada, mientras visitaba una empresa del sector de la alimentación, el jefe de la planta se quejaba amargamente de que no conseguía que las mejoras que realizaban se mantuvieran más allá de unos meses.

Me contaba el ejemplo de los últimos esfuerzos que habían realizado en relación al orden y la limpieza en el almacén de materiales o la reducción de tiempos de cambio de formato en una línea de envasado. Tras dedicar un tiempo importante, tanto por su parte como por el personal de las aéreas afectadas y unos muy buenos resultados, pasados únicamente cuatro meses la situación había vuelto casi al origen. Tan sólo se habían mantenido algunas de las mejoras introducidas en el cambio de formato, pero de los estándares definidos para el orden y limpieza no quedaba prácticamente nada.

Este es sólo un ejemplo más de lo que habitualmente encontramos en las organizaciones que visitamos. No sólo en el sector de alimentación, esto es algo que ocurre en muchas empresas de todos los sectores de actividad (automoción, energías renovables, electrónica, maquinaria...). Empresas que han invertido tiempo y dinero en implantar metodologías de mejora y en las que, pasado el impulso inicial, los cambios se han desvanecido generando la frustración de los que participaron en la implantación.

Afortunadamente, también conocemos empresas donde consiguen, no sólo mantener, sino incrementar los resultados de las mejoras iniciales.

¿Cómo lo consiguen? ¿Qué hace que mientras en unas organizaciones el esfuerzo de mejora de sus frutos a mientras que en otras marchite y quede en un simple recuerdo?

La primera respuesta que nos viene a la cabeza al plantearnos esta pregunta es que se trata de una cuestión de disciplina. A continuación recurrimos al tópico de que los trabajadores del sur de Europa somos muy creativos y flexibles pero poco disciplinados y con ello nos conformamos.

Nosotros hemos identificado tres factores críticos de éxito que son comunes en las organizaciones donde las mejoras se mantienen; y son los siguientes:

  • Los trabajadores consideran el puesto de trabajo como algo propio y se preocupan de mantener las mejoras en las que ellos mismos han participado.
  • Los líderes (encargados, jefes de línea, responsables de turno…) dan ejemplo a pie de los puestos de trabajo y su actuación es coherente con la estrategia desplegada desde la Dirección.
  • El sistema de gestión operativa GIC facilita de manera sencilla y visual el seguimiento diario de los indicadores operativos KPI y las correspondientes acciones de mejora.

Por ello, nuestro trabajo con las empresas tiene en cuenta siempre estos tres factores a la hora de desarrollar tanto la formación como la implantación de las diferentes metodologías y herramientas de mejora.