Con frecuencia nos encontramos con empresas que, así como han implantado con bastante facilidad las diferentes metodologías de trabajo Lean, estabilizar y mantener estos cambios les está resultando cuesta arriba, bien debido a la falta de disciplina o a las dificultades de todo el personal para adaptarse al cambio cultural que supone.

Por eso, desde nuestro punto de vista se hace imprescindible que el despliegue de la metodología Lean esté acompañado de un cambio en los comportamientos por parte del personal de la empresa a todos los niveles de la organización, y en especial en aquellas personas que ocupan puestos intermedios en la organización y lideran equipos.

¿Qué entendemos nosotros por un comportamiento Lean? Son aquellas conductas manifiestas en los gestores de equipos que se orientan, entre otras metas, hacia la eliminación de las actividades que no añaden valor añadido, la mejora continua y la observancia del estándar.

Aunque cada organización deberá definir el tipo de competencias que se espera de su personal, y que deben estar alineados con la estrategia de la empresa, a continuación presentamos siete competencias presentes en los líderes de aquellas compañías que han implantado con éxito Lean Manufacturing:

1. Enfoque en el proceso. Esto implica liderar un proceso efectivo de análisis de la causa raíz del problema y cómo solucionarlo. El líder motiva a la gente en la búsqueda del por qué e involucra a su equipo en el proceso de la toma de decisiones.

2. Respeto a la gente. Crea un entorno de mutua confianza y respeto; genera confianza y apoya la necesidad de aprender de sus colaboradores. Desarrolla una escucha activa, y recibe los problemas como oportunidades de mejora.

3. Se implica en los grupos de trabajo. Potencia a la gente para asumir retos y a ser creativos en sus esfuerzos para mejorar los procesos. Permite al equipo equivocarse y aprender, e informa al equipo de sus decisiones. Ayuda a mejorar las relaciones gestionando adecuadamente los conflictos

4. Apoyo y reconocimiento. Reconoce y premia de forma habitual el trabajo bien hecho, el esfuerzo y los cambios. Es capaz de detectar los puntos débiles del equipo y apoya el desarrollo individual y personal. Aplica las ideas del equipo y proporciona los recursos necesarios.

5. Lidera con el ejemplo. Esto significa vivir según los valores y principios de la empresa a través de los propios comportamientos. Demostrar, de forma práctica, lo que espera que hagan los demás. Fomenta la calidad y difunde que el cliente es lo primero. Es efectivo comunicando y escuchando.

6. Apoyar el proceso de cambio. Forma parte del cambio y demuestra un cambio positivo en uno mismo. Revisa si el valor de su trabajo actual está dirigido hacia la visión de la compañía. Busca ayuda, entrenamiento y guía que te permita liderar el cambio.

7. Despliegue de objetivos y políticas.  El líder entiende el proceso de despliegue de objetivos y lo asume como personal.  Objetivos que comunica y comparte con su equipo, a quienes guía para lograr alcanzarlos. Revisa y monitoriza el progreso de manera continua. Asegura el compromiso y el apoyo de forma consensuada.

El desarrollo de los comportamientos que se esperan de las personas que asumen el liderazgo de los equipos se pueden entrenar y potenciar con la formación adecuada. Por otra parte, existen herramientas, como la Gestión a Intervalo Corto, que una vez implantada en la empresa facilita la coordinación con los colaboradores, situando al equipo en una posición óptima de cara a desarrollar y mantener la mejora continua.